¿Cómo determinar si un país o región está haciendo lo suficiente o no para combatir la crisis climática?

Algunos de los principales emisores históricos afirman que se están haciendo cargo de una cuota parte holgada del esfuerzo climático. Muchos en el Norte Global justifican su poca ambición comparando sus emisiones actuales con las de países como China e India, cuyas emisiones anuales totales son actualmente altas. Sin embargo, esto no tiene en cuenta la magnitud de las emisiones acumuladas que han producido los países ricos a lo largo de los años.

La distribución justa de la carga en materia climática («fair shares» en inglés) es un método que nos permite saber qué medidas climáticas deben adoptarse, sobre la base de:

  1. El presupuesto de carbono restante: la cantidad total de gases de efecto invernadero que todavía podrían emitirse a nivel mundial, antes que corramos el mayor riesgo de un cambio climático irreversible y acelerado.
  2. La responsabilidad del país: En base a la cantidad total de gases de efecto invernadero que el país ya hubo emitido.
  3. La capacidad de ese país: En base a los recursos con que cuenta ese país y su capacidad de acción.
  4. El derecho del país a desarrollarse sustentablemente.
FoE action at COP21 highlighting the need of fair shares
Acción de Amigos de la Tierra en la COP21 en relación a la distribución justa de la carga en materia climática.
Imagen: John Englart (Takver)

1. El presupuesto de carbono

Para calcular la cuota parte de la distribución justa de la carga que le corresponde a cada país, en primer lugar es necesario entender el concepto de presupuesto de carbono.

Se sabe que tenemos que contener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 1,5 grados Celsius. Muchas/os científicos/as consideran que este umbral marca un “punto sin retorno”, ya que cruzarlo probablemente desencadene las peores hipótesis en materia climática. Si traspasamos ese umbral de 1,5 grados, podríamos rebasar los límites naturales del planeta y el calentamiento podría acelerarse más allá de nuestro control, y posiblemente más allá de nuestra capacidad de sobrevivir como especie.

Cualquier aumento de la temperatura es peligroso. Con apenas 1,1 grados de calentamiento , la naturaleza y las comunidades de todo el mundo ya están experimentando impactos climáticos inadmisibles. La mayoría de las/os que sufren los peores efectos son quienes menos contribuyeron a la crisis en primer lugar.

Hay un lapso de tiempo entre el momento en que el carbono es liberado a la atmósfera y el calentamiento que ese carbono genera. Debido a ese desfasaje, ya es inevitable un aumento adicional de la temperatura derivado del carbono emitido hasta el día de hoy. Además, incluso las reducciones de emisiones más ambiciosas requerirán tiempo para implementarse, de modo que las economías puedan restructurarse de forma segura.

Entonces, para mantener el calentamiento por debajo de 1,5 grados, sólo nos queda una determinada cantidad de carbono “quemable”. Esto se conoce como el presupuesto de carbono.

En 2019, el presupuesto de carbono restante ya es bastante pequeño, y se reduce a gran velocidad. La pregunta fundamental es: ¿cuál es la forma más justa de distribuirlo?

2. Responsabilidad

Muchos países, particularmente los países ricos del Norte Global, han estado contaminando durante casi dos siglos. Aquellos con las mayores emisiones históricas acumuladas son los más responsables de la crisis climática actual.

3. Capacidad

Además, muchos de los países más ricos del mundo le deben gran parte de su riqueza a esa contaminación. El carbón, el petróleo y el gas propulsaron la industrialización de esos países y les permitieron dominar la escena mundial, tanto a nivel político como económico. Países como el Reino Unido, Estados Unidos, Australia y muchos países europeos se hicieron ricos y ganaron comodidad usando mucho más que la cuota parte que les corresponde de la distribución justa de los recursos naturales del planeta, incluido el espacio atmosférico.

Es por eso que dichos países ahora tienen la responsabilidad y la capacidad de hacer con la mayor celeridad los recortes más profundos de sus emisiones de carbono. A esto lo denominamos ‘equidad’. ¿Por qué tendría el resto del mundo que pagar el mismo precio cuando unos pocos países se han beneficiado enormemente de llevarnos al borde de la catástrofe?

Coal burning power plant Niederaussem in West Germany

4. Derecho a desarrollarse sustentablemente

La mayoría de los países y regiones del Sur Global tienen la menor cuota de responsabilidad por el cambio climático y los recursos más menguados para lidiar con la crisis. Pero tienen todo el derecho a desarrollarse de manera sustentable. Esto hace que sea imperativo que reciban financiamiento del Norte Global, para que puedan estar en capacidad de transformar sus economías hacia trayectorias justas de energía renovable.Imagina que llegas a un banquete. La comida ya está sobre la mesa, pero algunos invitados llegaron temprano y se comieron casi todo lo que había. Escasamente hay suficiente para que puedas llenar tu plato. Pero ahora se les pide a todos los invitados que dividan la cuenta en partes iguales. Esto es claramente injusto. Cada comensal debería pagar la cuota parte que le corresponde de la distribución justa de la cuenta.

Distribución justa de la carga en materia climática - ejemplo cena

Aportes financieros para el esfuerzo climático

Aquí reside una complicación adicional: algunos países ya excedieron con creces la cuota de emisiones de carbono que les corresponde. Incluso aunque estos países redujeran sus emisiones a cero (que es desafortunadamente mucho menos de lo que en realidad han prometido reducir), dicho esfuerzo no sería suficiente para cumplir con la cuota parte de la distribución justa de la carga que les corresponde.

En tal caso, esos países deberían pagar los costos de la transición energética en el Sur Global, para que los países con menor responsabilidad y con menor capacidad puedan seguir una trayectoria de desarrollo renovable segura.

Cabe destacar que la “cuota de financiamiento correspondiente a la distribución justa de la carga” es lo que cada país debe, o se le debe para llevar a cabo la transformación energética únicamente. No incluye el financiamiento necesario para que los países más pobres y vulnerables se adapten a los impactos del cambio climático. Ni tampoco incluye los fondos necesarios para compensar a las comunidades afectadas por las pérdidas y daños irreparables a sus tierras, medios de sustento, infraestructura y patrimonio cultural.

Cuando estos costos se suman, podemos empezar a entender lo enorme que es la ‘deuda climática’ que deben los países ricos.

Acción de Amigos de la Tierra en la COP21

¿Quién está aportando la cuota parte que le corresponde de la distribución justa de la carga?

Desglosar el esfuerzo climático de esta forma también permite develar qué países ya están haciendo la cuota parte que les corresponde (o más) de las distribución justa del esfuerzo climático y cuáles se están quedando bastante atrás. Algunos de los resultados pueden generar sorpresa.

– Por ejemplo, la UE se promociona como líder de las acciones frente al cambio climático. Sin embargo, estas cifras revelan que la realidad es bastante distinta. La UE tiene una cuota alta de responsabilidad por haber causado la crisis climática y tiene capacidad para actuar de acuerdo con lo que exige la ciencia y el principio de equidad. Sin embargo, hasta ahora, las acciones del bloque se quedan bastante cortas respecto de lo que le corresponde hacer de conformidad con su cuota parte de la distribución justa de la carga.

– Otro ejemplo: A menudo se culpa a China de ser el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo. Sin embargo, cuando analizamos sus acciones frente al cambio climático desde la perspectiva de la distribución justa de la carga, se hace evidente que el país está cumpliendo ampliamente con sus obligaciones, de acuerdo con su responsabilidad, capacidad y derecho a desarrollarse sustentablemente.

Además, muchas de las emisiones de China son generadas por la fabricación de bienes que se exportan a otros países: por ejemplo, electrodomésticos y vestimenta para marcas y empresas de Estados Unidos y Europa y consumidores en esos países.

Podría argumentarse que los países con altas cuotas de responsabilidad y con gran capacidad de acción han “tercerizado” estas emisiones a China, lo que significa que los grandes emisores históricos también son parcialmente responsables de estas emisiones. A esto nos referimos como “emisiones incorporadas”.

¿Tu país está haciendo la cuota parte que le corresponde de la distribución justa de la carga? Usa la calculadora de equidad de referencia para averiguarlo.

Climate Fair shares - unequal world
“En un mundo desigual todas y todos debemos hacer nuestra parte para proteger el clima que compartimos.”