El presente informe analiza las inversiones cada vez mayores que dirige el Banco a los combustibles fósiles, en especial el carbón, y su continuado apoyo a las represas, aunque estas implican el desplazamiento de comunidades enteras, generan emisiones de gases de efecto invernadero y conllevan otros impactos ambientales adversos. A pesar de la necesidad de reducir urgentemente las emisiones mundiales mediante una transición justa que nos aparte del camino de la dependencia en los combustibles fósiles, la cartera de inversiones del Banco en energía induce a los países en desarrollo, entre ellos a Sudáfrica  y a India, a un futuro con altas emisiones de carbono.