La trampa de la jatrofa
En Mozambique, el debate sobre los agrocombustibles avanza sin pausa desde hace cinco años, alimentado por la especulación y la demanda de la industria, las promesas grandilocuentes y los intereses extranjeros. Sólo en 2007, los inversionistas presentaron solicitudes de tierras por un total de aproximadamente cinco millones de hectáreas, casi una séptima parte de lo que el país oficialmente define como tierras “arables”. Por su parte, el gobierno está apresurado por crear condiciones favorables para las inversiones en la industria de los agrocombustibles tan rápido como sea posible, aun a costa de los derechos civiles de los mozambiqueños. Por ejemplo, el proceso de creación de la Política y Estrategia Nacional de Biocombustibles de Mozambique, que contó con financiamiento del Banco Mundial, excluyó deliberadamente a la sociedad civil, no fue transparente, y solamente se dio a conocer al público después de que los documentos ya estaban finalizados y aprobados en el Parlamento.