El comercio de carbono ha sido ampliamente denunciado como una falsa solución a la crisis climática. Es una industria multimillonaria construida en torno a la compra y venta de derechos de contaminación ficticios, un camuflaje para la desastrosa falta de acción de los países ricos industrializados que no quieren reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero ni proporcionar financiamiento para el clima adequado como forma de pago de la deuda climática que mantienen con el mundo en desarrollo. No obstante, hay una fuerte ofensiva en pos de la expansión de comercio de carbono en la próxima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC COP 17) que se llevará a cabo en Durban, Sudáfrica, en diciembre de 2011.