Amigos de la Tierra Países Bajos: Nigerianos y Milieudefensie apelan en juicio contra Shell

Los agricultores nigerianos de los dos pueblos que perdieron sus juicios contra Shell, junto con Amigos de la Tierra Países Bajos (Milieudefensie), presentaron una apelación al fallo del tribunal de La Haya fechado el 30 de enero. Milieudefensie también presentó una apelación respecto de un tercer caso. Todos los casos están relacionados con la contaminación de petróleo causada por los derrames de los oleoductos y pozos petroleros de Shell.
Los jefes Fidelis Oguru y Eric Dooh son demandantes en el juicio contra Shell. En uno de los casos, el tribunal falló a favor de Milieudefensie y uno de los demandantes nigerianos, el anciano Friday Akpan. Shell fue condenada a indemnizar a este agricultor del pueblo Ikot Ada Udo por no haber protegido adecuadamente el pozo petrolero del vandalismo, lo que causó que el petróleo contenido en el pozo fluyera hasta las tierras de Akpan. En este caso, sin embargo, el tribunal falló que la oficina central de Shell en La Haya no puede ser responsabilizada de las fallas de su subsidiaria, que es responsable de la gestión diaria de Shell en Nigeria. Milieudefensie espera que el tribunal de La Haya revierta su decisión con respecto a este punto, ya que para Milieudefensie es claro que la oficina central comparte responsabilidad por el enorme daño ambiental provocado en Nigeria.
El abogado de los agricultores y Milieudefensie cuestiona en su totalidad la decisión del tribunal en los casos relativos al daño causado por los derrames de los oleoductos de Shell en los otros dos pueblos, Goi y Oruma. En esos dos casos, el tribunal falló que Shell no es responsable de los daños sufridos por los agricultores como consecuencia de los derrames de petróleo, ya que consideró que fueron actos de sabotaje y por lo tanto el tribunal dictaminó que Shell no podría haberlos evitado.
En Nigeria se siguen los casos con mucho interés. El activista de campaña de Milieudefensie sobre petróleo y minería, Evert Hassink viajó al país varias veces. “En la aldea de Goi, el jefe Eric Dooh y sus pobladores continúan viviendo entre los pegajosos restos negros de los derrames del oleoducto Trans-Níger de Shell. En Oruma, el jefe Fidelis Oguru, Alali Efanga y el resto de los pobladores intentan reconstruir sus vidas. Pero los peces que les servían de sustento en el pasado no han vuelto a los arroyos contaminados, y ellos continúan esperando que se les indemnice por todos los años que les fue imposible desarrollar su agricultura porque sus campos estaban contaminadas con el petróleo de Shell”.
El juicio, que hoy entra en una nueva fase en el tribunal de La Haya, es de gran importancia a nivel internacional, especialmente tras el fallo reciente de la Corte Suprema de Estados Unidos en un caso similar. La Corte Suprema falló que en el marco de las leyes estadounidenses no es posible en principio demandar a las multinacionales por violaciones de derechos humanos ocurridas fuera de Estados Unidos. Esto pone aún más de relieve la necesidad de conseguir que las multinacionales rindan cuentas en sus países de origen y se responsabilicen civilmente allí de sus actos en otros países.