Las megafusiones y adquisiciones han llevado a una concentración del poder sin precedentes a lo largo y ancho de la cadena industrial alimentaria. Las nuevas tecnologías y los ‘grandes datos’ o macrodatos en la producción, distribución y venta minorista agroalimentaria solamente agravarán la situación.

La serie ‘¿Quién se Beneficia?’ de Amigos de la Tierra Internacional pone al descubierto a los principales agentes responsables de la concentración del sistema alimentario mundial y describe cómo las/os campesinos/as y trabajadoras/es, nuestra salud y el medioambiente sufren por igual las consecuencias.

Los problemas asociados al sistema alimentario industrial se han denunciado ampliamente: acaparamiento de tierras, pérdida de biodiversidad, deterioro de suelos, contaminación, deforestación, dietas insalubres, condiciones de trabajo espantosas. La situación de las/os pequeños/as productores/as de alimentos del mundo -responsables por más del 70 por ciento de la producción mundial de alimentos solamente empeorará a medida que se intensifique la concentración de poder en la cadena industrial alimentaria. Si a esto se le añade el surgimiento de tecnologías problemáticas impulsadas por datos, un cóctel venenoso se está destilando.

Los ‘grandes datos’ o macrodatos tienen que ver con la capacidad de recopilar, analizar y reinterpretar enormes cantidades de datos, incluso para extraer información comercialmente relevante. En el sistema alimentario industrial, esto podría incluir información histórica sobre las condiciones meteorológicas, los precios del mercado, los rendimientos, suelos o la distribución. Este patrón fomenta una mayor corporativización; cuanta más información consiga acumular, analizar, manipular y monopolizar una empresa, más fácil le será protegerse de la competencia y más ganancias podrá amasar.

Si no se le pone coto a la concentración aquí y ahora, eventualmente conducirá a la destrucción de gran parte del tejido alimentario campesino, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y la soberanía alimentaria de millones de comunidades urbanas y rurales.

Podemos elegir un futuro diferente si ponemos el control de nuestros sistemas alimentarios nuevamente en manos de los pueblos, particularmente campesinas/os, trabajadoras/es y otras/os pequeños/as productores/as de alimentos.