Mujeres defendiendo la vida y los bienes naturales: casos de América Central
Esta investigación es lideradas por investigadoras y dirigentes comunitarias que en conjunto están trabajando en una innovadora forma de hacer visible lo invisible.
Estas y otras propuestas elaboradas, sentidas y pensadas desde espacios de resistencia de las mujeres representan un enriquecimiento a las distintas formas de defensa del territorio. A través de estas experiencias las mujeres nos recuerdan, por un lado, que la lucha por la defensa del territorio está estrechamente ligada a la propia soberanía. En un contexto de acelerada masculinización del espacio, las mujeres sufren directamente y en mayor medida los impactos de las actividades extractivas como lo son los monocultivos.
Las mujeres históricamente buscan y recrean diferentes maneras de lucha y defensa del territorio, jugando papeles más activos, sus fuerzas para enfrentar un enemigo común que está promoviendo el despojo. Por otro lado, las mujeres en resistencia nos enseñan a comprender el territorio como un espacio integral, donde los impactos de las actividades extractivas alteran abruptamente el ciclo de reproducción de la vida, cuya difícil regeneración recae sobre las espaldas de las mujeres. La defensa del territorio va más allá. Significa cuestionar un modelo de desarrollo occidental, capitalista, colonialista y patriarcal, que en su búsqueda de organizar
la vida en torno a un pretendido crecimiento económico sin límites, ha declarado la
guerra a la vida misma. Las mujeres se alzan así, protagonistas de la resistencia superando los obstáculos de una sociedad patriarcal, estas experiencias son una demostración de que las mujeres organizadas en la defensa de la tierra construyen un espacio de libertad desde el cual reivindican su derecho a defender la vida, a hablar con su propia voz, de movilizar, resistir y transformar.