La biodiversidad sufre una crisis como nunca antes: su degradación y la pérdida y hasta extinción de especies es inmensa y conlleva graves impactos en nuestras vidas. A esta altura dejó de ser apenas una alerta de ambientalistas, ya que lo advierten los científicos que informan a Naciones Unidas en la materia. En este marco, la no pérdida neta de biodiversidad (NPN) es posicionada por algunos actores como una solución a esta crisis de la biodiversidad.

La NPN básicamente depende de los mecanismos de compensación: una corporación por ejemplo, destruye un ecosistema específico para cavar una mina, construir una represa o una carretera, y alega que compensará esa destrucción con la protección o restauración de otro ecosistema. Entonces las pérdidas causadas por su destrucción, según esa lógica corporativa, se compensan con lo que va a proteger o restaurar en el otro ecosistema, y por lo tanto no hay pérdida neta.

Se trata de una forma de lavado verde que permite a las corporaciones continuar sus actividades económicas que destruyen la biodiversidad. Lo que necesitamos hacer es detener la destrucción de la biodiversidad, no “compensar” para permitir que continúe.

El principio tras la NPN es erróneo, ya que es imposible comparar cuantitativa o cualitativamente dos ecosistemas puesto que cada uno posee cualidades únicas, sin desmedro además de su significado espiritual y cultural. La idea de cuantificar la naturaleza y sus funciones en términos económicos no resolverá la crisis ambiental y sólo revela los niveles hasta donde llegarán aquellos en el poder para defender sus negocios y ganancias por sobre los pueblos y el ambiente. La NPN divide, además, artificialmente a la gente de la naturaleza y perpetúa el acaparamiento de tierras.

Esta publicación analiza el funcionamiento y los impactos de la NPN y puede ser utilizada en el trabajo de cabildeo nacional e internacional.

Para detener la pérdida, erosión y extinción de la biodiversidad verdaderamente, necesitamos soluciones reales y cambiar el sistema. La NPN no puede estar en el nuevo Marco Mundial de la Diversidad Biológica si quiere señalar el camino del cambio de sistema que necesitamos.